Cuando tenía 5 años quería ser
muchas cosas. Abogada, médico, maestra, bailarina (de ballet , claro) ,
cocinera, madre, conductora de motos (no sé si consistía en transportar a gente
en moto tipo taxi o simplemente en pasearme yo sola y que me pagaran por ello,
en fin) , escritora, diseñadora de moda (creía que los disfraces que hacía eran
modelos increíblemente fabulosos. Originales eran , desde luego.)
Como cualquier niña o niño.
Pero recuerdo que la que más
defendí por aquellos tiempos fue veterinaria. Yo estaba convencida de que
adorar a mi perro, a mi gata, a mis peces y mi pareja de hámsteres era
suficiente talento para en un futuro llegar a ser veterinaria.
Luego mi madre me explicó cuáles
eran las tareas que normalmente desempeñaba un veterinario y me lo quité de la
cabeza , ya que no podía ver sangre ni hacerme un rasguño sin ponerme como una
loca.
Entonces trasladé mi amor por los
animales a otra posible-futura profesión. "Protectora de animales" .
Tal cual. Creo que el nombre me lo inventé yo, pero a mí me sonaba bien que era
lo importante. Quería tener mi propia reserva de animales en vía de extinción.
Le comuniqué a mi madre de la pequeña alteración de mi futura profesión. Me dio
su aprobación , como siempre. Después me di cuenta que tener mascotas en casa
no era tan bonito porque había que darles de comer , llevarlos al
"médico", llevarles contigo cuando te ibas de vacaciones, en fin,
que era una gran responsabilidad. Y
también me lo quité de la cabeza. Esta vez yo sola.
Entonces la vida te lleva por
caminos inesperados, y te invita a ver que existen otros por los que nunca
hubieras transitado, personas que no hubieras conocido.... momentos que no
hubieras vivido.
Estos días he estado reflexionando
en cómo influye la educación que has recibido en querer desempeñar una u otra
profesión. O quizás tenga que ver con la personalidad de cada uno y en los
intereses que han despertado en nosotros sin que nadie nos indujera a ellos, es
decir que hemos descubierto por nosotros mismos. O una mezcla de todas. Pensaba que en este
punto de mi vida , lejos estoy de ser veterinaria o "protectora de
animales". Y sin embargo estoy contenta de ello.
Así pasa con todo. Porque "la vida es eso que pasa mientras
nosotros hacemos otros planes". Dura reflexión. Confieso que tengo gran
predilección por los planes, si. Pero luego pienso que mi vida ha estado llena
de ellos y luego he hecho lo que en el momento me parecía oportuno o
simplemente me apetecía más. Quizás pueda llamarlo decisiones a muy corto
plazo. Hay que tener gran capacidad para reconducir la vida en ciertos
momentos. Aunque no tenga nada que ver con lo que habías proyectado. Y por eso
tampoco he dejado nunca de hacer planes una y otra vez . Aunque a última hora
no los lleve a cabo. Dejaría de ser mi vida.
¡Que tengáis un feliz martes!
Me encantó este relato y así seguramente como tú dices va pasando la vida, siempre encaminados a una meta pero transitando distintos caminos hasta llegar a ella y luego otra meta, otros planes y la vida ahí viviendo a tope los momentos decisivos.
ResponderEliminarUn abrazo que todo te salga bien es mi deseo.